lunes, 14 de marzo de 2011

Melilla Espacio y Frontera: Sus Fortificaciones

Conferencia a modo de resumen desarrollada por Jesús Miguel Sáez Cazorla en la Asociación de Estudios Melillenses para un grupo de educadores. Publicado en el diario Melilla Hoy (13-03-2011).

Para detallar las fortificaciones de Melilla tendremos que definir su espacio y frontera, es decir sus delimitaciones, o dicho de otra forma su geomorfología, precisando los factores generadores de los procesos como son: los geográficos, geológicos, bióticos y antrópicos e incluso su contrapuesto, el factor antropológico.



Para la cronología de los factores geológicos las mediciones establecidas la realizamos en  millones de años (Ma.), dando comienzo el hecho de nuestro interés hace 10Ma. con el vulcanismo de Alborán que hará emerger el Gurugú al sur de nuestra zona.


Un millón de años más tarde (9 Ma.) algunos antropólogos consideran como hipótesis que los géneros de homínidos de África se extinguieron. Otro millón de años más tarde (8 Ma.) los antropólogos consideran esta vez que los géneros que desaparecen son los europeos y asiáticos.


Hace siete millones de años (7 Ma.) lo que hoy conocemos como corredor de Taza se estaba rellenando dejando dos rías, una al norte (río Kert) y otra al sur (río Muluya) sin llegar a conectarse con la isla de lo que fue el entorno melillense.


Seis millones de años atrás (6 Ma.) el factor ponderante fue el antropológico con la aparición en África del antepasado más cercano al hombre. En cuanto al territorio la ría del norte había desaparecido convirtiéndose en un río (río Kert) pero no el aislamiento melillense.



Hace cinco millones y medio de años (5,6 Ma.) se desarrolló la mayor inundación de la historia, el mediterráneo se desecó al perder contacto con los océanos, pero 300.000 años después el Atlántico encontró un camino para inundarlo en un año con un caudal mil veces superior al de las cataratas del Niágara.


Es a partir de cinco millones de años (5 Ma.) atrás cuando podemos definir prácticamente su marco territorial casi como en la actualidad, con alguna que otra erupción del Gurugú, situando el territorio de Melilla, en el Mar de Alborán, al norte de África, en la región del Garet al lado oriental del cabo Tres Forcas, que los árabes conocieron como Kelaya, los bereberes como Guelaya, los griegos como Metagoniun y los púnicos como Russadir.

Definido su marco territorial cargado de contenido histórico al que se hará referencia, de aquí podemos pasar a definir la región o provincia cono un término geográfico. La región o provincia del Garet es la comarca comprendida entre el río Kert y río Muluya, con significado orográfico de colinas o cerros de una altura menor a 300 metros, que recoge a su vez en si al cabo de Tres Forcas.

El cabo de Tres Forcas en el lado oriental contiene a Melilla como espacios organizados y controlados por una población y a su hinterland o zona de Influencia, que literalmente significa "tierra posterior", concepto que se aplica específicamente a la región o distrito interno situado tras un puerto.

En el contexto norteafricano del Magreb aparecen por primera vez las denominaciones latinas de los paleobereberes de Mazaces (Imazighen), Barbari (Bereber) y Mauri (Mauros) como poblaciones romanizadas del espacio geopolítico de la Mauritania. 

Es en este momento cuando podemos buscar el origen de los recintos históricos de Melilla en Russadir, factoría establecida por los fenicios en el siglo VI a.C. de la que sólo conocemos su necrópolis y una mínima parte de su acrópolis, con una plenitud urbana ubicada sobre el siglo III a.C. Russadir pasará después a dominio Cartaginés y, posteriormente, a Roma quien sobre el siglo I a.C. la considera un puerto fortificado, concediéndole el rango de “Colonia”.

Con el paso de Russadir a Melilla podemos definir mejor los espacios organizados y controlados en este caso por el califato Cordobés, quien anexiona Melilla al territorio andalusí en el año 927 durante el mandato de Abderramán III, constituyéndose como ciudad “europea” al depender directamente de Córdoba. Al mismo tiempo en el Magreb surgieron los reinos o califatos independientes de los Idrisíes con capitales en Fez (788-949), Rustemíes de Tahert (771-931), Aglabíes  de Cairouan (801-909) y Fatimíes en Egipto (952-975)…


Melilla quedará integrada en la organización territorial de al-Ándalus y subordinaba a las zonas fronterizas con los otros reinos limítrofes, a las que conocemos como Marca o "Thagr" (en árabe, الثغر). La Marca era una de las circunscripciones territoriales en que estaba dividida la antigua Península Ibérica durante el emirato y el califato de Córdoba. En al-Andalus había otras marcas fronterizas, la Marca Superior o al-Tagr al-Al`lá, la Marca Media o al-Tagr al-Awsat, la Marca Inferior o Al-tagr al-Adna y la Marca Externa o Lejana o al-Tagr al-Aqsa, en la que queda integrada Melilla (año 927) y Ceuta (año 931).

La Marca coexistía con otros distritos territoriales más estables denominada Cora o Kora con el significado de territorio, esta a su vez, estaba dividida en demarcaciones menores, llamadas iqlim con plural aqālīm, de la que con toda probabilidad derive su trascripción al amazigh “Guelaya” o con el significado árabe de región.

Las regiones del Magreb o distritos internos situados tras un puerto conocidas como hinterland se desarrollaron durante el siglo XI al recibir una fortificación que las protegía, llegando éstas a su apogeo económico y cultural durante los siglos XIII y XIV. Este sistema defensivo es perfeccionado y complementado por Almohades, Almorávides y Benimerines durante estos siglos.



En el siglo XIV, se producen enfrentamientos entre los sultanatos de Fez (actual Marruecos) y Tlemecén (actual Argelia) en esta zona por establecer sus límites e intentar definir sus fronteras, en estos intentos de definir las divisorias norteafricanas no solo están los futuros reinos del  Magreb sino además los reinos Ibéricos, actuando mediante tratados para intentar definir las fronteras modernas del siglo XV.

Los antecedentes diplomáticos de los reinos Ibéricos se remontan al año de 1291 con Jaime II de Aragón y Sancho IV de Castilla quienes firman el llamado Tratado del Muluya o de Monteagudo en el que se reconocía la futura influencia de ambos reinos sobre el norte de África, siendo el río Muluya la divisoria de sus respectivas áreas de consideración históricas porque Aragón se adjudicaba la antigua Mauritania Cesariana y Castilla la Tingitana.

Portugal alegó derechos de conquista sobre África, al invadir Ceuta en 1415 provocando las protestas de Castilla invocando su tratado sobre la Mauritania Tingitana. Portugal disputó a Castilla la primacía en África con el apoyo del Papa Nicolás V, quien redactó la Bula Romanus Pontifex (1454). Esta situación de primacía portuguesa fue ratificada en el tratado de Alcaçobas-Toledo (1479-1480) en el que se consumó la exclusión de Castilla del norte de África.

No es hasta 1494 cuando se firmaba el tratado de Tordesillas donde se autorizaba que los Reyes Católicos pudieran conquistar las ciudades de Melilla y Cazaza, “Los dichos señores rrey e rreyna de Castilla e Aragón, eçetera, pueden aver e ganar las villas de Melilla e Caçaça... e las pueden tener e tengan para si para sus rreynos... con sus tierras e terminos sean e finquen perpetuamente”. A continuación, el Papa Alejandro VI en la Bula Ineffabilis (1495) otorgaba carta libre a los Reyes Católicos para la conquista del norte de África, anunciando la inminente ocupación de Melilla, con su toma en 1497.

Es a partir de este momento cuando  sentimos la necesidad de establecer una “línea del tiempo” de las fortificaciones melillense como transmisión de la idea de tiempo y del espacio, además de definir los “Elementos de Fortificación” como componentes constructivos y  los “Elementos de la Fortificación” con nombres propios de topónimos y onomásticos, que darán juntos como resultado por ejemplo “Puerta de Santiago” etc.

De las fortificaciones en la prehistoria no conocemos nada, salvo el hecho material de la utilización de una cantera de pedernal en Sidi Guariach y el alegato del triangulo defensivo de Tres Forcas definido por Cazaza, Tasuda y Melilla, fortificaciones que comenzarán su definición en época historia hasta el establecimiento de la frontera moderna del siglo XV.


En el siglo XV las fortificaciones de Melilla van de la tradición medieval en su construcción a las técnicas de transición con los siguientes periodos: 1494-1496 Estudio Previos con viajes de Ramiro López. (Mediciones). 1496-1498 Preparación y Adaptación de la “Villa Vieja” (Sistema de fortificación provisional desmontable de madera). 1498-1515 Consolidación de la “Villa Vieja”.


El siglo XVI avanza con las técnicas de transición a las técnicas renacentistas mostrando los siguientes periodos: 1515-1525 Adaptación del Primer Recinto (“Villa Nueva”). 1525-1535 Trazas de Gabriele Tadino di Martinengo. 1535-1549 Revisión de los Trabajos por Miser Benedito de Rabean, Juan Vallejo, Francisco de Zurita o Francisco de Tejada. 1549-1551 Consolidación del Primer Recinto (“Villa Nueva”). 1551-1571 Consolidación de la Ingeniería Civil: Aljibes, Almacenes, Puerto y Fuertes Exteriores como defensa del hinterland


En el siglo XVII mejora la trasformación de la “Villa Vieja” con las técnicas abaluartadas presentando los siguientes periodos: 1680-1687 Recomendación de limpiar y excavar fosos nuevos en las puertas que no los tuvieran (frente de la Villa Vieja) y hacer levadizos los puentes para resistir en caso de ataque por Octavio Menni. 1687-1690 División de la “Villa Vieja” en dos recintos al construir el Hornabeque con su cortina dos medios baluartes su foso y mina, estas obras fueron diseñadas por el ingeniero Felipe Martín de Paredes. 1690-1699 Primer intento de transformar el frente de la Villa Vieja (Tercer Recinto) en un recinto abaluartado.


En el siglo XVIII prospera la expansión absoluta de las técnicas abaluartadas y el desarrollo del Cuarto Recinto con los siguientes periodos: 1714-1716 Transforman el antiguo Hornabeque en un frente abaluartado perfecto (Segundo Recinto) por Pedro Borrás y Juan Martín Zermeño. 1722-1729 Transforman el frente de la Villa Vieja (Tercer Recinto) en un frente abaluartado en corona. 1732-1790 Desarrollo del Cuarto Recinto.

En el siglo XIX se perfecciona la consolidación del territorio con afianzamiento de la costa y cauce del río y recuperación de los Fuertes Exteriores conocidos como “El Quinto Recinto Fortificado”. Es a partir de este momento cuando el urbanismo imperara sobre la fortificación como factor de fijación del territorio.


En el siglo XX – XXI comienza su puesta en valor y restauración de las fortificaciones con las siguientes etapas: 1950-1980 Declaración de Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural (BIC). 1980-1990 Plan Especial de Restauración Integral (PERI). 1999-2011 Premio Europa Nostra, Restauraciones 1º, 2º y 3º Recinto, quedando pendiente el 4º.  

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