jueves, 5 de noviembre de 2009

ESPEJISMO EN MELILLA EN LA AVENTURA DE LA HISTORIA

En el número 133 de la Aventura de la Historia Gabriel Cardona evoca el conflicto, que se desplazó a las puertas de Melilla y cuyo desenlace satisfizo a Alfonso XIII pero provocó una fractura en la sociedad y en la política española.

La victoria sobre los rebeldes rifeños en 1909 era la primera que vivía España tras la pérdida de Cuba y Filipinas. El conflicto desencadenó la semana trágica, pero despertó el sueño imperialista de la corona y creó un semillero de oficiales que adquirirían trágico protagonismo en julio de 1936. 

Espejismo en MelillaCeuta y Melilla, las dos ciudades de soberanía española en el norte de África, habían sostenido numerosos conflictos, especialmente la segunda mitad del siglo XVIII. En 1774, la cercó el sultán seis meses y luego se produjeron numerosos incidentes con las tribus fronterizas, que provocaron la Guerra de África de 1860 y el conflicto de 1893. El áspero Rif era un espacio beréber y parte del Bled es-Siba, donde se respetaba el liderazgo religioso del sultán de Fez, pero no su autoridad política.

Por la Declaración de Londres y el Tratado con Francia de 1904, España se consideraba autorizada para intervenir en Marruecos y el joven Alfonso XIII ambicionaba dominar parte de este territorio y Portugal, a fin de proclamarse emperador.

En 1902 un tal Muley Mohamed u Bu Hamara El Rogui o sea “El Pretendiente”, que afirmaba ser hijo del sultán Abd al-Aziz, estableció una especie de federación de las tribus en el Rif, rechazando a las tropas del Sultán que intentaron someterlas. El Rogui vendió a compañías españolas los derechos de explotación de hierro y plomo, así como los de construcción ferroviaria en la zona. El reparto de los cobros le enemistó con algunos notables, que lo apresaron y enviaron al sultán de Fez, en cuya cárcel murió. A partir de entonces se sucedieron diversos ataques a los mineros y trabajadores españoles que culminaron en el polémico envío de tropas españolas a la zona.

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